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El ventrílocuo



“El ventrílocuo” no es una obra fácil, todo es confuso y loco al inicio, y debemos ser pacientes para llegar a comprenderla. La obra me llevó a dos referencias cinematográficas, que me parece podrían ayudarnos a los espectadores a entenderla. ¿De qué forma? De la misma que me ayudaron a mí. Tomando sus respectivas narrativas como herramientas para armar los pedazos que nos va dando poco a poco el autor.

Las películas son: “Inception” e “Irreversible”.



Amigo espectador, no esperes ver una obra, como dicen por ahí, peladita y a la boca. No es un trabajo fácil de entender, al igual que estas dos películas.

Empiezo por “Inceptión”. “El origen” (como la conocemos en México) nos lleva a través de las capas de la mente, en el enredijo de los sueños. El ventrílocuo no es un sueño, pero sí nos arrastra por la mente paranoide de un hombre que poco a poco retira sus capas, como si fuera una cebolla (amarilidácea que odia nuestro personaje, tal vez porque sabe que lo representa), introduciéndonos en fases mentales y emociones desbocadas, hasta reconocerse a sí mismo dentro de su muñeca parlanchina Gaby, y varios personajes más.

Ahora, “Inception” es sólo una referencia hacia la profundidad de la mente, así que no esperemos ver edificios retorciéndose y escenas de acción, eso es en la película; acá lo que recibirás serán actuaciones geniales y textos que poco a poco harán que entendamos a nuestro retorcido ventrílocuo.


Foto: Enrique Gorostieta

La segunda referencia: “irreversible”. Película francesa que nos presenta una situación tensionada que corre del final al inicio.

Entonces ¿quieres ver “El ventrílocuo”? Tendrás que esperar al final para entender el principio, y hacer el recorrido a través de una mente que se autodescribe en forma de cajitas que funcionan como muñeca Matrioska, revelando en cada paso procesos de su personalidad: él se odia y se ama a la vez, y a través de Gaby, su yo femenino, se masturba, se ama y se agrede; se engrandece a través de la escritura de la “Novela más bella del mundo” y al mismo tiempo se empequeñece dejándose plagiar; se devela a través de la desnudez; y se humilla a través de la representación mental de su terapeuta, el doctor Limestone, que en su cabeza es una especie de verdugo detonador.


No hay duda que este recorrido es angustiante, tanto como si viajáramos dentro de la cabeza de una persona atormentada.


¿Qué se sentiría pasear dentro de la mente de un perturbado?

“El ventrílocuo” nos lleva por ese turbio y enfermizo camino.


Foto: Enrique Gorostieta


La dirección de adrián Vázquez se nota todo el tiempo, los actores están en sincronía perfecta con la multimedia y entre ellos mismos, los desnudos están bien cuidados, y no deja elementos que ensucien. Me gustó su trabajo.

El texto del canadiense Larry Trembley, que al principio me tenía con cara de güat, poco a poco, va revelando su sentido, llevándonos hasta la superficie de una mente retorcida.

Es una dramaturgia bien interesante.


Foto: Salvador Martínez


“El ventrílocuo” se presenta en el Foro Shakespeare, todos los domingos, hasta el 15 de marzo, dentro de la celebración por los 15 años de la compañía “Los triste tigres”.

Autor: Larry Tremblay

Director: Adrián Vázquez

Elenco: Javier Ibarreche y Estefanía Ahumada

Compañía: Los tristes tigres

Temporada: Del 23 de febrero al 15 de marzo

Funciones: Domingo 18:00 Hrs.

Costo: $300

Espacio escénico: Foro Shakespeare

Ubicación: Zamora 7. Col Condesa. Metro Chapultepec.




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